quinta-feira, dezembro 22, 2005

POR AQUÍ ESTAMOS

Iluminaciones




Los mostradores de las tiendas iluminados por Navidad son espejos donde los más pequeños se reflecten. Para un catalán y un bueno Amigo que vive en Lisboa y trabaja en la delegación de una grande empresa española, los cristales son tan solo transparentes. No tienen nada a ver con espejos. Por ellos se pueden mirar juguetes para los críos como ordenadores para ciudadanos semióticos.
Hay que subrayar que muchas calles de la capital también presentan sus lámparas multicolores que las decoran con mucha gallardía y pundonor. Casi por todo el Mundo ellas lucen sus esplendores , ¿por que bulas la ciudad de Ulises no tendría derecho a luminarias como las otras? Por supuesto que sí, que las tiene y con alguno orgullo. ¿Y la crisis – donde está? ¿Pero - que tienen que ver las luces navideñas con las decoraciones navideñas? El precio, dicen. No se puede echar pasta con la situación que vivimos.
Habría que saber si serian las lámparas que ampliarían el déficit del Presupuesto. Sin embargo, no lo creo. Hay como gastarse dinero con otras cosas que no tienen que ver con estas luces. Punto.
Portugal tiene que aprender a escoger entre millones de temas aquel que me parece el realmente importante: trabajar. Si nosotros, los portugas, queremos seguir adelante con este País, chicos, hay que producir. La globalización esa es una mierda, porque es deshumana. Pero sin tareas programadas y cumplidas nadie llega a un objetivo: el derecho a ser un País independiente. Nada más. Todavía no hemos alcanzado lo que hemos propuesto atingir. Pues que sí. Hay que llegar a la meta y, si posible, con la amarilla. Es decir: la alternativa es el basurero – ¿europeo?

Joan Albertí

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